Triste ‘déjà vu’ en verano
Repasando antiguas entradas me doy cuenta de qué poco han cambiado las cosas desde que abrí STILLlooking. Terror en el cielo como bajo la superficie, fuego asesino y asesinos de arma ígnea. Pero nunca es lo mismo.
Esta vez en Londres han llegado a tiempo, pero la psicosis por la seguridad sí ha estallado. Cientos y cientos de vuelos se han quedado en tierra. Compras del duty free en la basura, pérdidas económicas, vacaciones abortadas, y cabreo, mucho cabreo.
Galicia sufre el ataque de incendiarios suicidas, algunos con doble personalidad. Matar el verde es matarse un poco a uno mismo. Sea por enfermedad, sea por venganza, sea por intereses de quienes no saben mirar sólo un poco más allá de lo inmediato. Menos bosque es menos Galicia.
Caminos ennegrecidos y atriles improvisados se convierten en triste escenario del pingpong partidista. Los políticos están ávidos de fotos (más) y canutazos sobre la tierra aún humeante.
Las carreteras, el otro gran drama de cada verano, casi que mejor las dejamos para otro día.
[Juan Varela escribe sobre los incendios de su tierra: 1, 2, 3]
Etiquetas: España, Fuego, Galicia, Incendios, Londres, Opinión, Política
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