22.10.07

Elpaís.com 'secuestra' a la competencia en una mancheta

Una de las artísticas cabeceras opcionales de Elpaís.com

Acompañando al rediseño de las ediciones en papel, Elpaís.com recupera este domingo 21 de octubre la personalización de la portada, un servicio que ya ofrecía previamente a la reestructuración de 2006 y que ahora gana en profundidad y opciones, por obra y gracia del CSS y del registro gratuito: de la media docena de colores de entonces pasa a ofrecer nada menos que treinta y tres. También se puede jugar con la tipografía de titulares, texto y entradilla, pero en ambos casos el experimento sólo sirve para comprobar que la opción por defecto es la óptima (por algo recibe tantos premios). Quien desee volver al aspecto original puede borrar a través de su navegador la cookie "personalización", que se guarda en el disco duro.

Otra de las nuevas opciones de diseño es la de seleccionar una mancheta un poco más... "artística", aunque a riesgo de perder la tilde que tanto ha costado implantar. Las imprentas lo impidieron en 1976, y ahora es la tecnología de la World Wide Web la que permite teclear www.elpaís.es, pero no todavía www.elpaís.com (por cierto, que lo de "ponemos el acento" ya me sonaba a algo, aunque en ese caso no se llevó a sus últimas consecuencias).

Versión aparentemente desechada, vista en un flash que se incluye aquí

La mítica cabecera compuesta en Clarendon se puede sustituir por otros ingenios hechos a mano, juegos tipográficos varios... y una divertida composición (ver arriba) que homenajea a algunos de los principales cibermedios españoles. Había, al parecer, una versión original que utilizaba la e de NYTimes.com, pero finalmente el asunto ha quedado entre Elperiodico.com (doblete: e y c), Lavozdegalicia.es (L), el propio El País, la A y el punto de ABC.es, la I de La Vanguardia (que no de su versión digital), la O de HERALDO.es (¡caramba!) y la m de elmundo.es.

La genial idea tendrá padres, pero también abuelos. En agosto de 2006, The Economist promocionaba un artículo sobre el futuro de los periódicos con una portada al estilo de las cartas que envían los secuestradores de las películas. La publicación británica mezcló por aquel entonces tipos de titular de prensa sensacionalista con cabeceras de diarios de referencia.


Volviendo a Elpaís.com, la estética no es la única novedad. Hay otras incorporaciones o relanzamientos encaminados a mejorar la manera en la que se presenta la información:
  • una página de inicio global, siguiendo el ejemplo de Edition.CNN.com o BBCNews.com, dos medios que atienden simultáneamente a audiencias domésticas e internacionales
  • portadillas regionales mejoradas para aquellas Comunidades con edición propia en papel
  • dos nuevas formas de acceder a los vídeos: una, la renovación de la sección correspondiente; otra, ElpaísTV, producto con dominio propio -como EP3.es- que se caracteriza por una interfaz en "modo teatro" y de tamaño flexible
  • lavado de cara de los A fondo, agregadores de información con alto valor documental, basados en el potente gestor de Elpaís.com
  • barra superior personalizable con meteorología local y horóscopo numérico
Se echa en falta una nueva concepción del papel de los suplementos dentro de la web, quizá siguiendo el prometedor camino abierto por el Magazine Digital, que se lee como una verdadera revista, o aún mejor, el de The New York Times Magazine y otros colorines de la dama gris: la cuestión es esforzarse todas las semanas por ofrecer un valor añadido a los cibernautas amantes de las historias bien contadas, ya sea en dos mil palabras, veinte fotos acompañadas de pies editados con mimo, dos minutos de vídeo bien producido o un mapa que sea tan útil como vistoso.

Pero todo esto es demasiado para un lector-tipo de veintitantos años. Nosotros nos quedamos en el primer nivel de lectura. Y si nos apuran, en la mancheta.

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15.10.07

Todos quieren un blog

Llevo dos años y pico tirando piedras de vez en cuando al océano de la blogosfera (si el viejo html también es hijo de Dios, contemos un lustro entero y lo que cuelgue), pero la primera petición de abrirle a alguien un blog no vino hasta hace un mes. Desde entonces me han llegado unas cuantas, y en ámbitos muy distintos. Cuando incluso los más reticentes acaban sucumbiendo a una tendencia, está claro que ha pasado de simple moda a la categoría de necesidad.

Hay algunas tesis que la razón enseguida se apresura a refutar, como la de que "todo está en Internet". Si parece mentira, cada vez lo es menos. Al caso: hace cinco años olvidé -un rato- la contraseña de mi teléfono móvil, me puse cabezón y acabé necesitando el ilocalizable y enigmático código PUK. Conseguir que la operadora de Amena me facilitara las ocho cifras me costó una detallada descripción de mi agitada vida celular durante media hora.

Este domingo me ha sucedido de nuevo. Antes de volverme loco y poner la casa patas arriba en busca de la combinación, un login en el portal de usuarios de Vodafone me ha sacado del lío. Es de esos detalles que te arreglan el día cuando lo tienes torpe y que te estampan otro sello en el pasaporte de ciberdependiente.

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